¿Qué son los zumbidos de oído?
Los acúfenos o zumbidos de oído, son sonidos intermitentes o permanentes, que se pueden percibir en uno o ambos oídos, o referirse a toda la cabeza, sin que exista una fuente sonora externa que los origine. La naturaleza e intensidad del sonido son comparables a: pitidos, siseos, sonido de las olas del mar, sonido del viento, ruido de agua, ruidos de máquinas en funcionamiento, silbido, murmullo.
En ocasiones, el zumbido puede percibirse varias veces al mes o al día. En cuanto, a su duración, puede durar unos minutos o horas, pero puede ser continuo, e incluso percibirlo durmiendo. Por último, podemos percibir los acúfenos como sonidos pulsátiles, es decir, que van sincronizados con el pulso cardíaco. En este caso, el acúfeno se presenta como chasquidos, palpitaciones o golpes.
ORIGEN DEL ACÚFENO
Fisiológicamente hablando, el acúfeno ocurre cuando el cerebro responde a la falta de sonido o a la privación de información de la periferia auditiva.
Esto significa que nuestro cerebro, en general, interpreta los sonidos de nuestros oídos debido a la estimulación de las áreas cerebrales responsables de la audición. Sin embargo, suceden dos cosas cuando el sonido normalmente no llega al cerebro, como cuando el oído interno (cóclaea) está dañado.
- Plasticidad. Cuando las proyecciones subcorticales y corticales en la superficie del cerebro se ajustan a esta falta crónica de entrada de sonido.
- Organización tonotópica. Este es el mapa detallado del cerebro sobre cómo interpretar los sonidos . Cuando la información sonora no llega al cerebro con normalidad, esa organización tonotópica se vuelve confusa.
El área del cerebro que interpreta el sonido se llama corteza auditiva. Sin embargo, si la cóclea o el oído interno han sufrido daño,
Sin embargo, fisiológicamente hablando, el tinnitus ocurre cuando el cerebro responde a la falta de sonido o a la privación de información de la periferia auditiva. El resultado de estos cambios en nuestro cerebro se traduce en un aumento de la actividad y frecuencia de las neuronas. Significa que sin los sonidos normales de nuestro oído interno, nuestros cerebros se adaptan de tal manera que escuchamos el equivalente a sonidos agudos que no existen.
Sistema límbico y nervioso autónomo
El sistema auditivo está íntimamente conectado con la parte del cerebro, que controla las emociones y las respuestas del organismo al peligro.
Así pues, el sistema límbico (involucrado en las emociones) y el sistema nervioso autónomo (involucrado en la reacción del organismo, antes determinadas situaciones) son una parte esencial del problema que ocasiona el acúfeno.
En muchos casos, el acúfeno se asocia a una emoción negativa, y el paciente lo interpretan como un indicador de que “algo que va mal” en el oído o en cerebro, de manera que focaliza su atención en el mismo.
El sistema auditivo está íntimamente conectado con la parte del cerebro, que controla las emociones y las respuestas del organismo al peligro.
Así pues, el sistema límbico (involucrado en las emociones) y el sistema nervioso autónomo (involucrado en la reacción del organismo, antes determinadas situaciones) son una parte esencial del problema que ocasiona el acúfeno.
En muchos casos, el acúfeno se asocia a una emoción negativa, y el paciente lo interpretan como un indicador de que “algo que va mal” en el oído o en cerebro, de manera que focaliza su atención en el mismo.
¿Cuánto es más intenso el acúfeno?
Muchas personas que perciben acúfenos, informan que es más intenso por la noche, en un ambiente tranquilo o después de una exposición a un ruido de fuerte intensidad sonora, como después de un concierto de música. Pero, en la mayoría de los casos, la persona suelen habituarse al sonido del acúfeno e incluso puede desaparecer y no volverse a percibirlo. Sin embargo, para otras personas, el acúfeno puede ser muy molesto y afectar la capacidad para dormir, concentrarse, trabajar…
Las personas que perciben un acúfeno molesto, éste se define como: «estar presente durante más de 5 minutos al día».
Fluctuaciones del acúfeno
Casi todo el mundo, experimenta zumbidos de forma temporal. Como suele ocurrir después de un concierto de música, uso de equipos personales de MP3 o exposición a ruido de fuerte intensidad
Sin embargo, el acúfeno solo se convierte en un problema si el zumbido es persiste o incrementa su intensidad. Se sabe de factores que pueden causar las fluctuaciones del acúfeno, como son: estrés, ansiedad, problemas de salud, cansancio, ciertos alimentos, bebidas, medicamentos…
En las primeras etapas de la aparición del acúfeno, muchas personas presentan ansiedad e incluso temor de que el acúfeno aumente su intensidad de modo repentino, presuponiendo que el incremento de intensidad sea permanente. Sin embargo, con el tiempo, el acúfeno siempre suele tener una intensidad sin variaciones
Sintomatología del acúfeno
El síntoma de zumbido en los oídos (acúfeno) puede afectar de manera persistente a un solo oído; puede cambiar y afectar al otro oído; puede afectar a ambos oídos o puede alternarse entre los oídos.
El síntoma de zumbido en los oídos (acúfenos puede ir y venir (raras veces), ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, puede tener zumbidos en los oídos de vez en cuando y no con tanta frecuencia, encenderlo o tenerlo todo el tiempo.
En ocasiones el zumbido en los oídos puede preceder, acompañar o seguir una escalada de otras sensaciones y síntomas como la ansiedad, miedo, estrés
El síntoma del zumbido en los oídos puede variar en intensidad de leve a moderado o severo.
El sonido también puede parecer que proviene del interior de la cabeza o de la parte superior de la cabeza, en lugar de venir de los oídos.
¿Cuál es el impacto del acúfeno en la calidad de vida
Las personas con acúfenos pueden presentar uno de los siguientes cambios en el comportamiento emocional, en las primeras etapas de la aparición del acúfeno. Sin embargo, en sí mismo, el zumbido de oído no causa ansiedad o estrés, sino la respuesta emocional que da el paciente a la percepción del acúfeno. Así pues, modificar la respuesta emocional, eliminará la mayoría de estos problemas colaterales que ocasiona el acúfeno.
Sin embargo, en ocasiones, el acúfeno puede interferir en la capacidad de la persona para desempeñar su trabajo, además de contribuir a la aparición de trastornos psicológicos, como son: Depresión. Ansiedad. Estrés. Irritabilidad. Frustración. Escasa concentración. Trastornos del sueño
¿Por qué algunas personas les molesta más los acúfenos que a otras?
La línea que separa los pacientes que están molestos con el acúfeno de las que no lo están, es su reacción emocional al acúfeno con el paso del tiempo.
Muchas personas con acúfenos, rara vez piensan en el zumbido, y pueden llegar a olvidarse de él. Sin embargo, las personas que están muy molestas con el acúfeno, a menudo, opinan negativamente, suelen comentar: nunca desaparecerá; nunca volveré a dormir bien.
Los pensamientos negativos, a su vez, pueden conducir a trastorno de ansiedad, estrés o depresión. Estos pensamientos y trastornos asociados, pueden empeorar el acúfeno, elevándolo de una experiencia desagradable a un problema grave.
¿Personas con mayor riesgo de aparición del acúfeno?
El acúfeno no discrimina por sexos. Sin embargo, el acúfeno suele presentarse más frecuentemente en hombres, ancianos, personas que trabajan en la industria (trabajadora, construcción, mecánicos…), y personas con determinados problemas de salud.
Con el incremento de actividades recreativas ruidosas y el uso de dispositivos personales de música, los investigadores observan un incremento del acúfeno en niños y adultos jóvenes. Se estima que el 12% de los niños y adolescentes han sufrido daño permanente de la audición debido a la exposición excesiva al ruido
Prevalencia entre la población
Un número importante de personas han experimentado periodos muy cortos de acúfenos en alguna ocasión, tras haber sido expuestos a música intensa, como puede ocurrir después de un concierto de música pop.
Se estima que los acúfenos son un trastorno que afecta alrededor del 15% de toda la población, sin embargo, solo un 10% o 20% de las personas con acúfenos, lo perciben lo suficientemente molesto, y solicitan tratamiento para sus acúfenos. Así pues, en el 85% de los casos, el acúfeno no es intrusivo, ni molesto, ni provoca ansiedad.
En España se estima que un 12% de la población sufre de acúfenos, lo que supone unos 5 millones de personas.
Acúfenos y ansiedad
La ansiedad es una emoción humana que representa la preocupación por un determinado problema identificado como una posible amenaza. Cuando se acentúa, puede conducir a grandes dificultades para lidiar con la situación en cuestión. Lo mismo es ocurre con el acúfeno.
Si el paciente percibe el acúfeno como algo muy perturbador, se puede incrementar en la conciencia del paciente sobre este sonido, lo que genera una preocupación, a veces excesiva. Este problema puede, en casos más agravados, provocar enfermedades mentales más preocupantes, como la depresión.
Sin embargo, si bien el acúfeno puede causar ansiedad y estrés, también se puede empeorar por la ansiedad y el estrés: un círculo vicioso. Las personas con ansiedad a menudo perciben un incremento de la intensidad de los zumbidos de los oídos. De hecho, investigaciones recientes demuestran que los cerebros de las personas con acúfenos responden más rápidamente a la información amenazante, como una cara de enojo o gritos, lo que indica más ansiedad que otros.
Un ejemplo de cómo el acúfeno y la ansiedad van de la mano es que las personas a menudo se ponen ansiosas antes de acostarse, preocupadas de que su acúfeno les impida conciliar el sueño, lo que solo exacerba su incapacidad para conciliar el sueño.
Pero cuando se desconoce la causa del zumbido, silbido o silbido en sus oídos, hay muchas cosas que puede hacer para reducir su ansiedad. Sin embargo, no todas las personas que sufren de acúfenos se ven perturbadas en sus actividades diarias. La razón no está determinada por la intensidad del acúfeno, sino por la importancia que le atribuye.