HIPERACUSIA

La hiperacusia es un trastorno de la audición que da lugar a que los pacientes perciban los ruidos cotidianos a  unos niveles de intensidad tan altos que provocan irritación, ansiedad o incluso dolor físico. La hiperacusia se asocia frecuentemente con tinnitus, y alrededor de la mitad de todas las personas con tinnitus, también experimentan «hiperacusia»

 

 

La hiperacusia es una menor capacidad del sistema auditivo para atenuar o filtrar los sonidos, con frecuencia se acompaña de acúfenos. Los sonidos de una intensidad normal se perciben como «amplificados», como si alguien hubiera subido el volumen al «oído».

Aunque no es muy común, la hiperacusia es un trastorno que puede ocurrir si sufre de tinnitus o ha estado expuesto a un ruido de impacto repentino, o un prolongado periodo de tiempo, a ruidos de fuerte intensidad

Así pues, los sonidos de baja intensidad se perciben como muy intensos y, por tanto, molestan. En ocasiones, se perciben muy molestos los sonidos cotidianos, como: agua saliendo del grifo, sonido al pasar las hojas de un periódico. Muchas personas con hiperacusia también experimentan una sensación de plenitud (presión) en los oídos.

La palabra «hiperacusia» significa: exceso de audición. El nombre combina el prefijo griego «hiper», que significa «sobre» (exceso o exageración), con la palabra «akousis», que significa oír, y es la raíz de la palabra «acusia».

 La hiperacusia puede afectar a personas de todas las edades. A menudo, se asocia con el acúfeno (pitido) u otro sonido que se escucha dentro de su propia cabeza. Aproximadamente, la mitad de todas las personas con acúfeno, también presentan hiperacusia 

Las personas con hiperacusia tienen dificultad para tolerar los sonidos que a los demás no les parecen intensos, como: ruido del grifo, viajar en un automóvil, caminar sobre hojas, ruido del lavavajillas, ruido del ventilador, mover papeles. Aunque todos los sonidos pueden percibirse como demasiado fuertes, los sonidos de alta frecuencia pueden ser muy molestos

Al principio, puede aparecer en un oído, pero suele afectar a ambos oídos por igual. El paciente puede percibirlo de forma súbita o gradualPuede ser de grado leve, moderado o severo. 

En alguno paciente puede ser intermitente, es decir, muy semejantemente a otros trastornos de inflamatorios autoinmunes, como artritis o colitis.

La hiperacusia aparece, en general, en personas con audición normal o levemente disminuida, muy raras veces en pacientes con pérdida auditiva moderada o grave.

 Procesamiento auditivo alterado

Todo procesamiento auditivo funcional incluye la separación entre sonido perturbador y sonido útil. Nuestra audición dispone de determinados mecanismos de filtrado para este fin, que transmiten la información acústica o la inhiben, si es necesario.
Ciertos ruidos emocionalmente negativos se perciben como desagradables, aunque su intensidad no sea elevada, por ejemplo, una puerta que chirría. Así pues, el estrés puede exacerbar esta sensibilidad. Esto pone en marcha un ciclo de miedo al ruido y al refuerzo negativo.
La sensibilidad al ruido conduce cada vez más a la retirada de las actividades sociales, ya que los niveles de intensidad normales se perciben cada vez más como insoportables. Al mismo tiempo, el nivel de estrés sobre el sistema nervioso aumenta. Los pacientes afectados entran en un círculo vicioso en el que la sensibilidad aumenta. Pero, en un determinado momento, se alcanza un estado en la cual se hace el sonido insoportable 
Audífono IIC

Principios de la hiperacusia

Las vías nerviosas entre el oído y la corteza cerebral juegan un papel importante en la regulación de la sensibilidad a los sonidos. Las 30,000 fibras nerviosas que conforman el nervio auditivo transmiten el sonido desde el oído a las áreas auditivas cerebrales en donde se produce la conciencia del sonido.

En el viaje entre el oído y el cerebro, los sonidos son procesados por una densa red de fibras nerviosas y neuronas. En primer lugar, la extracción de mensajes importantes se lleva a cabo desde el fondo del sonido.

A menudo, estas señales son débiles en intensidad pero con gran contenido de información. Un ejemplo es la capacidad de un animal en un entorno hostil para escuchar los débiles ruidos producidos por un depredador de caza, o la capacidad de escuchar su nombre en un entorno ruidoso.

En la parte subconsciente del cerebro, se reconoce una señal relevante sobre la base de experiencias auditivas previas. Esta señal puede amplificarse y su paso puede ser facilitado por la red de neuronas antes de llegar al cerebro real.

Un sonido se reconoce sobre la base de lo que coincide con el almacenado en experiencias previas. Esta operación es realizada por el sistema límbico.

El propósito original de esta capacidad para amplificar pequeñas señales y suprimir otras es facilitar la percepción de peligros potenciales en el medio ambiente. Las personas con hiperacusia tienen una mayor actividad en el músculo tensor del tímpano en respuesta a algunos sonidos, lo que puede tensar el tímpano y provocar dolor

 Consecuencias sociales y psicológicas

La hiperacusia, a menudo, tiene un impacto muy grave en el bienestar emocional y funcional del paciente. Los pacientes informan que no quieren ir al trabajo, a eventos sociales o incluso participar en las actividades diarias porque es demasiado estresante con todos los molestos sonidos a su alrededor o porque temen que un sonido repentino pueda surgir y molestar e incluso producir dolor. 

Los mecanismos de la hiperacusia se basan en gran medida en los mecanismos del tinnitus, que involucran las vías auditiva y central, con una fuerte activación del sistema límbico o emocional. Cuando los pacientes temen que un sonido los lastime o que el trastorno se agrave, comienzan a evitar la toda estimulación auditiva, pero esto sensibiliza el sistema auditivo, lo cual intensifica aún más la hiperacusia.

Incidencia de la hiperacusia

La hiperacusia puede afectar a personas de todas las edades. A menudo, se relaciona zumbidos de oído (el tinnitus). Aproximadamente la mitad de todas las personas con tinnitus también presentan cierto nivel de hiperacusia. Sin embargo, también hay muchas personas que solo presentan hiperacusia.

Se estima que afecta al 9-15% de la población general. Es más frecuente en mujeres y en sujetos con ansiedad o depresión. Y se asocia con acúfenos en un  85% de pacientes con hiperacusia.

La incidencia en niños con autismo es del 40% y de un  95% de los niños con síndrome de Williamns

Síntomas de la hiperacusia

  • Sensibilidad a los sonidos cotidianos, que a menudo comienzan en un oído y luego progresan a ambos oídos.
  • Dificultad para tolerar situaciones y entornos cotidianos.
  • Aislamiento social
  • Dolor o malestar físico al percibir los  sonidos.
  • La ansiedad por los efectos de la exposición a los sonidos y la reacción emocional resultante: pánico y/o angustia, puede conducir a una escalada de la hiperacusia. 

Subtipos de hiperacusia

Hiperacusia por intensidad sonora, se debe a que los sonidos de moderada intensidad se perciben  muy fuertes, en comparación a como los percibiría una persona con normal audición.

Hiperacusia que ocasiona molestias auditivas: es ocasionada por una reacción emocional negativa a los sonidos.

Hiperacusia que ocasiona miedo:  es una respuesta aversiva a los sonidos,, que da lugar a una respuesta anticipatoria, así como a una conducta de evitar el sonido. El miedo a la hiperacusia es una respuesta negativa a los sonidos que puede hacer que los pacientes eviten situaciones sociales o perciban un ataque de ansiedad antes de escuchar estos sonidos.

Hiperacusia que ocasiona dolor: ocurre cuando una persona percibe dolor a unos niveles de sonido mucho más bajos que los pacientes con normal audición .

Origen del acúfeno

El silencio, enemigo de la hiperacusia

Muchas personas entienden el silencio como el mejor antídoto contra el estrés en la vida cotidiana. Pero, el silencio, no es una condición fisiológica natural para el hombre. El primer impulso de una persona con hiperacusia es recurrir a los tapones para los oídos para reducir las molestias a los sonidos.

En cambio, esto provoca un empeoramiento de la hiperacusia porque la reducción de la estimulación acústica causada por los tapones aumenta la sensibilidad de las vías nerviosas que transmiten los sonidos desde el oído al cerebro, y esto también se puede establecer de forma permanente.

Una situación similar es la que todos podemos experimentar cuando, al despertarnos por la noche, nuestros ojos acostumbrados a la oscuridad permanecen cegados por la débil luz de la lámpara de la mesilla de noche.

Pronóstico

La progresión de la hiperacusia es impredecible y variable. Para algunos, la tolerancia mejora con el tiempo, mientras que para otros empeora constantemente. Nuevamente, el único factor que incuestionablemente afecta la progresión o regresión es la exposición continua al ruido. 

Aunque la naturaleza de la hiperacusia es que, en general,  se incrementa de intensidad cada vez que se produce un daño, como ocurre cada nueva exposición, el nivel puede aumentar de forma temporal o permanente.