Es posible que la hiperacusia sea el resultado de un trastorno de alguna de las funciones del sistema auditivo, que normalmente ‘equilibran’ los sonidos y protegen el sistema. Cuando se encuentra en un entorno ruidoso, el cerebro envía información sobre ruidos fuertes al oído interno, de modo que el ‘volumen’ se puede bajar, y el oído interno se puede proteger, pero una lesión en este ‘mecanismo de retroalimentación’ puede ser una causa subyacente de hiperacusia.
El cerebro también es responsable de procesar las señales sonoras que recibe del oído interno (cóclea). Los problemas en la forma en que se procesan estas señales podrían ser otra causa de hiperacusia.

Traumatismo acústico
La causa más habitual de hiperacusia es el trauma acústico, ya sea de forma aguda (exposición única a un nivel muy intenso) o de forma crónica (exposición mantenida a lo largo del tiempo a niveles altos de ruido).
Sin embargo, existen multitud de causas que pueden provocar hiperacusia, que no guardan relación directa con el oído interno. Los músicos, por ejemplo, muestran una mayor prevalencia de hiperacusia que la población general.
Migraña
Según estudios médicos, las migrañas es una principal causa de hiperacusia. De manera similar a la hiperacusia, la migraña pueden ser provocadas por la hipersensibilidad a estímulos externos (como luz o sonido), dando lugar dolor de cabeza y náuseas. Muchos pacientes que padecen migraña, solo pueden encontrar alivio en lugares oscuros y tranquilos para conseguir una reducción de la estimulación que recibe el cerebro.
Causas otológicas
- Enfermedad de Ménière
- Fístula perilinfa
- Dehiscencia del canal semicircular superior
- Trauma acústico
- Baro trauma
- Pérdida de audición ocasionada por ruidos de fuerte intensidad
- Intervención quirúrgica del oído.

Parálisis del nervio facial (Bell)
La parálisis de Bell es la forma más común de parálisis. Suele afectar solo un lado de la cara. Los síntomas aparecen de forma súbita y suelen empeorar a las 48 horas de haber comenzado. Pueden ser de leves a severos e incluyen:
- Tics
- Debilidad
- Parálisis
- Caída del párpado y de la comisura de la boca
- Baboseo
- Sequedad del ojo de la boca
- Lagrimeo excesivo del ojo
- Deterioro del gusto
Los médicos suponen que una infección viral es la que provoca la hinchazón o inflamación del nervio facial. Es más probable que se presente una parálisis de Bell en las pacientes embarazadas, en diabéticos o en personas con gripe o un resfrío.


Causas neurológicas
Trastorno por déficit de atención; ansiedad; y depresión; trastorno de estrés postraumático; complicación de la anestesia raquídea; autismo; aneurisma carotídeo; aneurisma cerebral medio; infarto cerebral migrañoso; traumatismo craneoencefálico; malformación de Chiari; distrofia simpática refleja; esclerosis múltiple; migraña; epilepsia; miastenia gravis; hipertonía cerebroespinal; deficiencia primaria de tálamo.
Hiperacusia vestibular
La hiperacusia vestibular es un trastorno mixto, es decir, del sistema cerebral y auditivo. En lugar de percibir los sonidos como demasiado fuertes, el cerebro los percibe como sensaciones de movimiento. Una nota alta de un cantante o músico puede dar lugar a una sensación de caída, giro o flotación. Las personas que tienen hiperacusia vestibular rara vez tienen acúfenos
Síntomas
Si bien los síntomas de la hiperacusia coclear varían desde molestias en los oídos a sonidos de intensidad normales, los síntomas de la hiperacusia vestibular, generalmente, están relacionados con el equilibrio y la sensación de movimiento.
Alguien que sufre de hiperacusia vestibular puede sentirse mareado, enfermo del estómago, aturdimiento en presencia de ruidos fuertes. La fatiga, la ansiedad, la confusión e incluso la pérdida de conciencia, son comunes. Los dolores de cabeza, sensación de presión en el oído o la necesidad de apoyarse en algún sitio e un ambiente ruidoso no es inusual.
Causa endocrinológica: Enfermedad de Addison, hipertiroidismo
Causa infecciosa: Neurosífilis, enfermedad de Lyme, fiebre tifoidea
Fármacos: Abstinencia de benzodiazepinas y antidepresivos, intoxicación aguda por fenitoína
Deficiencias: Magnesio y piridoxina
Causa genética o congénita: Síndrome de Williams tienen hiperacusia (Klein). Este síndrome pediátrico se caracteriza por defectos cardíacos, tienen grados diversos de retraso físico y de desarrollo, un tipo particular de ojos estrellados, niveles elevados de calcio en suero, y rasgos faciales como de enano o duendecillo.
Hipercalcemia idiopática (síndrome de Fanconi y Williams-Beuren); síndrome de Cri du Chat; enfermedad de Tay-Sachs; síndrome de Cogan; gangliosidosis GM1; espina bífida
Otros: Trastornos temporomandibulares, fibromialgia

Fenómeno de Tullio
El fenómeno de Tullio consiste en una crisis de vértigo y nistagmos, desencadenado por un estímulo sonoro de alta intensidad, que se relaciona con una solución de continuidad del caracol membranoso (enfermedad de Ménière) u óseo (sífilis).
Este fenómeno es un síntoma frecuente en pacientes que han sufrido traumatismos cerebrales. En general, la cadena de huesecillos y la membrana timpánica están intactos y los sonidos que más desencadenan las crisis de Tullio son los de tonalidad grave.
Síndrome del tensor tónico del tímpano
El músculo tensor del tímpano es un músculo muy pequeño ubicado en el oído interno que está unido a: martillo, el yunque y el estribo). Los huesecillos vibran cada vez que el sonido entra en el oído, y cuanto más fuerte sea el sonido, más vibrarán estos huesos. Una de las principales funciones del músculo tensor del tímpano es limitar la vibración de los huesecillos cuando entran ruidos muy fuertes en el oído.
El síndrome del tensor del tímpano tónico (TTTS) ocurre cuando el músculo tensor del tímpano se vuelve hiperactivo, contrayéndose constantemente incluso en ausencia de ruidos fuertes El TTTS está asociado con la ansiedad, específicamente, la relacionada con el tinnitus y la hiperacusia. Esta preocupación y ansiedad constantes por los ruidos fuertes pueden hacer que el músculo tensor del tímpano se vuelva demasiado activo.

Causas de hiperacusia en niños.
- Desorden del procesamiento auditivo central.
- Problemas de aprendizaje.
- Déficits de atención.
- Traumatismo craneal.
- Autismo.
- Conductas de tipo autista.
